Las tiendas vestían sus mejores galas, con macetas de claveles en la puerta, botellas de vino, alfombras rojas y fiesta.
Subimos a la azotea de unos pisos donde había un mercadillo de artesanía y 2º mano. Las escaleras se nos hicieron interminables (estamos muy en baja forma, qué verano más malo nos espera) y al subir yo no era capaz de fijarme en nada, sólo quería sentarme. Aún así, vimos pulseras muy bonitas, cuadros extraños, una máquina de escribir que no llegaba a retro, era de las modernas (dentro de lo que cabe) y un traje de gitana.
La música seguía, las promociones e invitaciones también pero nosotros decidimos retirarnos.
Me sorprendió mucho la tienda de Apple, recién inaugurada desde su traslado y llenísima de gente toqueteando todos los aparatos y la de Matilde Cano, con dos modelos en la puerta (creo que sin hacer nada) y una pandilla dentro del escaparate en plan dj´s.
Para mí no fue nada del otro mundo, no aprovechamos la noche, pero la gente se lo pasó bien y a mí me gusta ver mi ciudad tan animada así que espero que se sigan sucediendo iniciativas siempre que sean para mejorar.
Os dejo con lo que me puse:
Top de Zara, Vaqueros de H&M, Bolso de Primark y Sandalias de Marypaz. Todo de otras temporadas menos el bolso que es regalo cumpleañero.
Hasta la próxima!!
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